CEO de OpenAI advierte sobre la dependencia excesiva en ChatGPT y sus posibles riesgos futuros
ChatGPT continúa evolucionando, pero su creciente uso genera preocupaciones sobre confiabilidad, dependencia y riesgos futuros en un entorno cada vez más automatizado.

Desde su lanzamiento en 2022, ChatGPT ha experimentado una evolución significativa, mejorando en precisión y aumentando su popularidad, impulsada en parte por memes virales en redes sociales. Sin embargo, a pesar de su progreso, el CEO de OpenAI, Sam Altman, advirtió sobre la tendencia a confiar demasiado en esta inteligencia artificial debido a su propensión a generar «alucinaciones» o respuestas erróneas que parecen plausibles.
Altman vislumbra un futuro en el que ChatGPT se convierta en una herramienta autónoma capaz de monitorear la información del usuario y actuar en su nombre, similar a funciones de captura y gestión de datos como Windows Recall. Este avance permitirá que la inteligencia artificial vaya más allá del simple texto e imágenes, asumiendo roles de asistentes o agentes que colaborarán en la comunicación y en tareas diarias, integrándose aún más en la vida cotidiana de las personas.
Asimismo, el ejecutivo afirmó que, aunque la revolución de la IA requerirá hardware más consciente del entorno, no será necesario cambiar toda la infraestructura tecnológica actual, sino solo adaptarla para responder a las nuevas demandas. Sin embargo, la relación entre OpenAI y Microsoft está en una etapa de incertidumbre, ya que la tecnológica busca mayor control y participación en los beneficios del acuerdo, lo que podría poner en riesgo la continuidad de su colaboración.
Se estima que profesiones como la programación serán reemplazadas en gran medida por la inteligencia artificial, aunque otros trabajos más complejos podrían resistir esta ola de automatización. También se proyecta que OpenAI podría independizarse de Microsoft, especialmente si avanza en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial capaces de superar incluso las capacidades humanas en ciertas áreas, como la codificación.
En este contexto, expertos como Jensen Huang, CEO de NVIDIA, sugieren que profesiones relacionadas con la programación podrían estar en vías de extinción, promoviendo la búsqueda de actividades alternativas en sectores como la manufactura, agricultura o biología. Por su parte, Bill Gates afirmó que la IA reemplazará a las personas en la mayoría de las tareas, excepto aquellas que requieren mayor complejidad, como energías, biología y programación, dado que aún son demasiado difíciles de automatizar completamente.
El panorama que se vislumbra está marcado por una lucha de intereses entre Microsoft y OpenAI en torno a la distribución de beneficios y el control de esta tecnología, donde la competencia por definir la dirección del desarrollo de la inteligencia artificial será determinante. Todo esto ocurre en un momento en el que algunos expertos advierten que, si no se gestionan adecuadamente, estos avances podrían traer riesgos impredecibles para la humanidad.